Scarlett Johansson la nueva musa

Scarlett Johansson es ya una auténtica parisienne. Lo intuíamos cuando se aireó hace algunos meses su noviazgo con el publicista francés de 31 años Romain Dauriac. Y se ha confirmado recientemente, cuando la edición gala del mensual people Vanity Fair le ha dedicado la portada de su número inaugural con el título de Mi vida en París.


En el interior del magazine, la actriz neoyorquina de 28 años protagoniza una sesión fotográfica tan exageradamente palaciega y glamourosa que no parece ella misma. "Vivo encima de un café donde tocan al acordeón canciones clásicas francesas durante todo el día", se entusiasma esta nueva residente de la rive droite. "Mi jornada parisina ideal empieza vagando por la mañana por los jardines de Luxemburgo", prosigue. "Luego voy a almorzar un sándwich al Cosi de la rue de Seine y, por la noche, el mejor plan es cenar pollo asado en algún bistrot. Después, quedo con amigos a tomar una copa en el Rosebud y me gusta volver a casa dando un paseo en moto".

Para nuestra actriz favorita, sin embargo, no todo es indolencia y dolce far niente a orillas del Sena. Scarlett se ve obligada a abandonar regularmente a su chérie–como gusta llamarle– para trabajar en su nuevo filme, Captain America: The Winter Soldier, dirigido por Anthony y Joe Russo, cuyo estreno está previsto para abril de 2017. Después participará en Lucy a las órdenes de Luc Besson, antes de concentrarse en su debut como realizadora: una adaptación de la novela Crucero de verano, de Truman Capote.

Entre tanta dicha, un asunto judicial ha venido a perturbar a nuestra heroína. Y es que, al poco de mudarse a la capital francesa, recibió la desagradable sorpresa de que el novelista local Grégoire Delacourt la había convertido en protagonista encubierta de su novela La première chose qu’on regarde (Lo primero que miramos), editada por JC Lattès. Los abogados piden 50.000 euros en concepto de indemnización por "violación y explotación fraudulenta de los derechos de imagen" y exigen que no haya venta de derechos ni versión cinematográfica.

Delacourt ha tomado a Scarlett como musa para su nueva entrega como podría haber elegido a cualquier otra de las estrellas estadounidenses que se han instalado recientemente en la ciudad tras caer prendadas de un galán francés. Y es que, vistos los últimos casos, esta tendencia sentimental parece ya una auténtica epidemia que las revistas del papel couché explotan con satisfacción.

Algunas parejas, como la formada por Halle Berry y Olivier Martinez, incluso han escogido la Costa Azul para casarse. Siguiendo su ejemplo, otra oscarizada, Natalie Portman, se ha visto obligada a mudarse a orillas del Sena ya que su esposo, el coreógrafo Benjamin Millepied –a quien conoció durante el rodaje de Cisne negro–, ha sido nombrado director del Ballet de la Ópera Garnier. Y la lista se completa con Hillary Swank y Laurent Fleury, Sophia Coppola y el rockero Thomas Mars, Salma Hayek y François Pinault, Natalia Vodianova y Antoine Arnault. ¿Qué tendrán los franceses que las encandilan a todas? El día que nos crucemos con alguna de ellas se lo preguntaremos...

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