La últiima hazaña de James Bond

Desde que el 18 de febrero de 1999 James Bond, el agente 007 o su imagen -el mismísimo Pierce Brosnan- abandonaran Bilbao tras cuatro intensas jornadas de rodaje, una pátina de nostalgia y glamour ha decorado el lienzo de la capital vizcaína. Sin embargo, quedaba un clavo salvador: el preestreno de El mundo nunca es suficiente, la última hazaña del agente más seductor e inteligente de la gran pantalla.

La cuenta atrás comenzó en aquella fecha invernal y, finalmente, se fundió anoche con la gala de la première, patrocinada por Vía Digital -poseedora de los derechos de proyección- y a la que acudieron 800 invitados. Privilegiados invitados, todos ellos, que tuvieron ocasión de conocer un día antes que el resto de los incondicionales las peripecias del incomparable Bond.

Abonados de Vía Digital y representantes de distintas instituciones y sedes bilbainas -el diputado general de Bizkaia, Josu Bergara; el concejal popular, Antonio Basagoiti y el director del Museo Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, entre otros- disfrutaron de una velada cinematográfica, trufada de suspense y emoción.

El suspense, por ver cómo habían quedado el salto y posterior huida desde la ventana del edificio situado frente al Guggenheim, la persecución patrullera y demás escenas, que tuvieron el atrezzo bilbaino como protagonista de excepción. La emoción, por contra, estaba en comprobar cómo se las apañaría el agente 007 para sacudirse las garras de tanto enemigo al acecho.

Es verdad, por otra parte, que los preestrenos americano, londinense y, sobre todo, el madrileño -se celebró la noche del miércoles- restaron sorpresa a la incógnita bondiana. Aun así, la expectación y la ilusión por ver Bilbao plasmado en la pantalla eran inefables. Podía haber sido mayor, sin embargo. La Diputación -según confirmaron sus portavoces a este periódico- intentó traer el preestreno absoluto a la Villa. No pudo ser.

Madrid tomó la delantera y Bilbao ha tenido que conformarse con la réplica compartida con Barcelona. Este movimiento de fichas ha supuesto que el director Michael Apted y la actriz Denise Richards se trasladasen en misión promocional a Madrid, en vez de contribuir con el pespunte glamouroso en la capital vizcaína. «Hasta última hora no se sabía si vendrían a Bilbao, pero ya se sabe cómo son los artistas», confesaron los organizadores, deseosos -como todo aficionado- de que alguna estrella -«¿por qué no Pierce?», preguntaban- aterrizase por aquí.

No hubo Pléyade -aunque más de uno lucía mirada, look y porte tipo James Bond-, sin embargo, no será fácil que Bilbao olvide la visita del agente 007. Y tampoco la de James Bond.

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