Querían matar a Ana Gonzálvez
Ana Gonzálvez, tía de Rosa, la niña de 11 años muerta en un ritual satánico en Almansa, se encuentra ingresada en el Hospital Provincial de Albacete bajo atención médica y psiquiátrica. Ella, una de las principales testigos del caso, sufrió un fuerte shock y heridas en rostro y ojos. «Me quisieron sacar los ojos y matarme», afirma. En la habitación 615 del centro sanitario, Ana recuerda la pesadilla de la madrugada del martes.
«Queríamos ayudar a mi hermana, que no era ella, pues alguien se le había metido dentro, porque eran otras voces las que se oían», afirma. «Nosotras -explica- teníamos que rezar para que mi hermana se pusiera bien. Ellas nos echaron de la habitación al padre y a mí y desde fuera oíamos gritar a la niña "¡que me matan!, ¡que me matan!"». Pero yo decía «eso nos lo hace la mente». Ana Gonzálvez, con los ojos vendados, se estremece al hablar. «Ellas habían entrado a la nena y le estaban reventando las narices y pegando.
«Queríamos ayudar a mi hermana, que no era ella, pues alguien se le había metido dentro, porque eran otras voces las que se oían», afirma. «Nosotras -explica- teníamos que rezar para que mi hermana se pusiera bien. Ellas nos echaron de la habitación al padre y a mí y desde fuera oíamos gritar a la niña "¡que me matan!, ¡que me matan!"». Pero yo decía «eso nos lo hace la mente». Ana Gonzálvez, con los ojos vendados, se estremece al hablar. «Ellas habían entrado a la nena y le estaban reventando las narices y pegando.
Yo creí que si rezábamos conseguiríamos calmarlas y sacar a la niña de ahí». En el lugar de los hechos había cinco personas: la niña Rosa Fernández, su tía Ana Gonzálvez, su madre Rosa Gonzálvez, dos vecinas María Mercedes y María Angeles y Jesús Fernández, padre de la niña. Sin embargo, esta testigo habla de un segundo hombre. Tal vez, otro fantasma de su mente perturbada. «No era la voz de mi hermana -asegura-, era otra cosa». Según el informe psiquiátrico, Rosa Gonzálvez comenzó a exhibir evidentes transtornos mentales en la noche del domingo. Su esposo cuenta que «no pudo dormir, se mantuvo encerrada en su habitación profiriendo incoherencias y a veces cantando y bailando». La paciente relata que en noche del lunes al martes, hacia las cinco de la madrugada, observó que su hermana tenía en brazos a la niña y que había sangre y tripa por los suelos y todo estaba revuelto en la habitación.
Su hermana la acusó de estar embrujada y de ser la causante de la muerte de la niña Por ello, asegura el informe psiquiátrico, comenzaron a golpearla tratando de arrancarle los ojos para con ello reanimar a la niña y muerta. La agresión duró unos 15 minutos hasta que fue rescatad: por la Guardia Civil. Según el psiquiatra, el docto Flores, el episodio parece corresponder a «un estado psicótico agudo en una personalidad con rasco histriónicos y con creencias cultu rales animistas». El diagnóstico asegura que Ana Gonzálvez sufre un trastorno por stress postraumático. Ana Gonzálvez, queda en una habitación en penumbras. Desde martes, día de los hechos, ningún familiar ha acudido a visitarla.
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