Premios para dar y regalar

Al margen del título de una película entretenida a pesar de las malas críticas, lo de marea roja lo hemos visto escrito y lo hemos oído hasta la saciedad estos días pasados. Por si usted ha estado en Marte, en coma profundo o metido en una jaula de Faraday desde hace 10 días y acaba de despertar: España ha ganado la Eurocopa y el personal para festejarlo se ha embutido en una camiseta de la selección española y se ha echado a la calle. Ahí tienen ustedes la marea roja. También hay otra de la que afortunadamente no hemos oído hablar últimamente. Es una proliferación de un tipo de alga que tiñe el agua y, lo que es peor, mucho peor, ataca a las poblaciones de moluscos. Como ven, hay mareas rojas buenas y malas. 

En el territorio en el que nos solemos mover en este suplemento también la ha habido de dos signos. Primer ejemplo: el nivel de tweets el día 1 de julio (final de la Eurocopa) pasó de los 50.000 a las 12 de la noche hasta los casi cinco millones a las 10 de la noche. Movistar ha analizado el sentimiento de la afición utilizando como medida los tweets; el resultado es un incremento de comunicaciones del 1.004% tras el partido con respecto a la misma hora del día anterior y el sentido de los comentarios fue positivo. 

En la cara mala, la compañía de seguridad Trend Micro lanzó una alerta porque la Eurocopa se había convertido en un gancho perfecto para pillar a desprevenidos aficionados. No se salvó ni la página oficial de la UEFA, que sufrió intentos de suplantación para difundir diferentes tipos de malware. Lo mismo sucedía cuando se trataba de localizar páginas para ver partidos en streaming o en Facebook. 

Es lo que le ha pasado a Nokia: mientras se dedicaba a entregar los galardones a los conceptos de aplicaciones móviles más novedosos, recibía el premio de Oro al Diseño en los IDEA. En cuanto a los que ha dado, son móviles Lumia 710 y 500 a los miembros de los equipos que han presentado las apps Camera Basket, Treasures Search y Bridge Kiss. El oro que ha recibido ha sido por el diseño, precisamente, de los Lumia, aunque no de los 710 o 500, sino de los 900 y 800.