Los bichos letales

«Probablemente el monstruo hubiera acabado con la vida del bebé», sentenció el jefe de servicio de Obstetricia del Hospital La Fe, Alfredo Perales, mientras describía que el tumor «ejercía una compresión tan fuerte en la tráquea del feto que impedía su respiración».

El ginecólogo utilizó la palabra monstruo porque ésa es precisamente la raíz etimológica de los tumores conocidos como teratomas -del griego teratos-, capaces de desarrollar una masa muscular con nervios, pelo o dientes completamente vascularizada que, caprichosamente, se gesta en la mayoría de casos durante el embarazo con formas horripilantes adheridas al feto. «Es como si fuera otro feto dentro del feto», explicó el doctor Perales.

Marc tuvo suerte porque, mientras se hallaba en el vientre de su madre, con 26 semanas, se le diagnosticó un tumor que se extendía por el cuello, parte de la cabeza y el tórax. Con 160 gramos, el tumor representaba casi el 10% del peso del bebé (1,8 kilogramos). «La vida del pequeño pendía de un hilo porque, además, el tumor era maligno e iba a afectar a funciones vitales como la de alimentarse», advirtió Perales. Según el médico, si el bebé «hubiera nacido mediante un parto convencional», habría sido muy complicado que sobreviviera.

Con este cuadro clínico, se preguntó a los padres del niño si estaban dispuestos a asumir el riesgo. Una vez que dieron su consentimiento, se inició la compleja intervención, en la que participaron los servicios de obstetricia, anestesiología, neonatología, cirugía pediátrica y otorrinolaringología infantil del Hospital La Fe. En total, trece especialistas médicos, además de las matronas y el personal de quirófano que pusieron en práctica la primera cirugía fetal fuera del útero mediante la técnica EXIT (Ex Útero Intrapartum Treatment).

Este procedimiento permite un parto parcial mediante cesárea para asegurar la posibilidad de respiración en bebés con problemas de obstrucción, mientras se mantiene su oxigenación a través del cordón umbilical.

La operación se realizó el pasado mes de diciembre. Es la primera de este tipo que se ha llevado a cabo en un hospital de la Comunidad Valenciana y consiste en extraer la cabeza y los brazos del niño del vientre materno para intubarlo sin suprimir la conexión con su madre. De esta forma, el feto continúa respirando por el cordón umbilical hasta que puede hacerlo por los pulmones. Mediante esta técnica se aseguró la capacidad respiratoria del feto antes de que se cortara el cordón umbilical, «porque es el momento en el que se interrumpe el aporte de oxígeno a través de la sangre que le proporciona la madre», detalló el jefe de servicio de ginecología de La Fe.

La intervención duró casi una hora, en la que se procedió a asegurar la vía aérea antes de extraer completamente al bebé. La evolución del niño ha sido favorable y ya ha sido dado de alta.
Muy pocos casos

Tras un exhaustivo seguimiento médico a lo largo de más de seis meses por parte de los servicios del Hospital Infantil La Fe, el niño no presenta secuelas ni del tumor ni de la cirugía.

El éxito de la operación ha motivado la creación de un Comité de Cirugía Fetal en el Hospital La Fe, integrado por obstetras, anestesistas, neonatólogos, cirujanos maxilofaciales, radiólogos, urólogos y cirujanos pediátricos para optimizar el nacimiento, asegurar la vía aérea y planear el tratamiento quirúrgico de casos similares. Los avances en el diagnóstico durante el embarazo y el tratamiento en comités de cirugía fetal ha mejorado el pronóstico de muchas malformaciones graves.

Por su parte, el cirujano pediátrico Carlos Gutiérrez argumentó que el de Marc ha sido un «caso límite». Probablemente hay en el mundo muy pocos niños vivos con un tumor de un tamaño tan grande. Según Gutiérrez, «hace pocos años habría sido incompatible con la vida». Gracias al sistema EXIT pueden tener «una ventana de unos 20 o 40 minutos para dejar la vía aérea permeable y preparar al enfermo para la cirugía».

En ese sentido, agradeció la rapidez de la intervención y la coordinación de todos los equipos que participaron durante y después de la cirugía. Gracias a esa colaboración, «se pudo intubar al enfermo en el útero y el paciente fue operado al día siguiente».

La neonatóloga de La Fe Isabel Izquierdo afirmó que, tras estabilizarlo, el recién nacido pasó de la sala de partos a la UCI neonatal. Al hecho de que fuera un prematuro de 31 semanas se unía la complejidad de su patología. Tras la operación, el bebé presentó problemas secundarios relacionados con su alimentación y secuelas respiratorias, que afortunadamente superó.
Pese a su buen estado, Marc todavía no se ha desvinculado por completo del hospital y precisará, durante los próximos meses, de un seguimiento y posteriores consultas en oncología pediátrica para vigilar si el tumor vuelve a aparecer.

Aunque la técnica EXIT ya ha sido utilizada en otras intervenciones realizadas en varios hospitales de Barcelona, Madrid y Sevilla, nunca se había extirpado un tumor tan grande como el que padecía este feto.

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