Muerte del hombre con el corazón mecánico

Una letal «tormenta arrítmica» cardíaca causó la muerte anteayer de Eufemio García, el hombre de 56 años que llevó un corazón mecánico autónomo que le permitió tener una vida normal durante tres meses. El dispositivo no presentó ningún fallo. La muerte fue natural, como consecuencia de la patología coronaria e isquémica del paciente, que ya le había privado de un trasplante de corazón natural.

Así lo reveló la autopsia, según explicó ayer el jefe de la Unitat de Trasplantament Cardíac del Hospital de Bellvitge, el doctor Nicolás Manito, quien compareció ante los periodistas por segunda vez en tres días, tras presentar el lunes el éxito de la operación. El paciente murió al día siguiente de haberse sometido a la exposición mediática, algo que Manito calificó de «coincidencia», descartando que atender a la prensa afectase a su salud.

Según el cirujano, Eufemio vivió «muy bien durante los meses en que llevó la bomba» y fue él mismo quien se prestó voluntariamente a «expresar su alegría ante la sociedad». Aunque el paciente hubiera preferido un trasplante, al que todavía esperaba, aceptó el corazón artificial cuando su calidad de vida había descendido tanto que no podía dormir por las noches, que pasaba en una silla o incluso de pie.

No era la primera vez que el paciente sufría una concatenación de arritmias de elevada potencia, por lo que llevaba implantado un desfibrilador (aparato que envía descargas eléctricas para devolver la normalidad al corazón) que funcionaba correctamente.

El estudio del cadáver y de los aparatos implantados demuestra que Eufemio sufrió una evolución natural de sus arritmias que el desfibrilador no pudo controlar. «Murió por causas naturales secundarias a su enfermedad cardiológica», señaló Manito. «Ya tenía antecedentes: desde hacía tiempo sufría arritmias ventriculares de elevado potencial letal, por lo que el corazón se le ponía como una tormenta de muchísimas pulsaciones por minuto».

El doctor Manito aseguró que la muerte de Eufemio «no nos hará pensar que el corazón mecánico no es una buena salida; al contrario». Y añadió el cirujano: «Tenemos experiencia y seguiremos por este camino. Lo que hemos hecho es un avance de la cardiología, por lo que no debe verse como un fracaso. Es una vía alternativa a los donantes, que algún día se acabarán».

Por otra parte, el Govern aún no ha pagado los 100.000 euros de coste del dispositivo eléctrico instalado a Eufemio en Bellvitge, según denunció el propio grupo tecnológico Pálex.

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